En cuestión de bribones, este es un país con conciencia de exceso
de corruptos desde tiempos inmemoriales. Reseñar los bribones que
ha habido en este país y no desembocar en una larga enciclopedia es
una tarea complicada, por su gran abundancia.
Ese ha sido el riesgo, incluso, al acotar en este libro un periodo histórico
concreto: el que va desde los inicios del reinado de Carlos IV
de Borbón al de su descendiente Juan Carlos I; es decir, el periodo
que se conoce en historiografía como Época Contemporánea, los últimos
doscientos años y pico. Aquí no están todos los que son, pero,
sin duda, sí son todos los que están. Y no son pocos. Tenemos lo mejor
de cada casa, en un panorama inquietante.
En las páginas de este ensayo histórico, podremos sacar la conclusión,
aunque no sirva de consuelo, de que pese a la exuberancia de
truhanes que nos ha tocado vivir, ha habido otras muchas coyunturas
en el pasado infinitamente peores. Lo que sí sea tal vez algo netamente
español es la repetición hasta el hastío del mismo modus operandi
de los bribones, al igual que las excusas cuando son atrapados,
que llegan al punto de decir que, al fin de al cabo, no hacían nada
distinto a lo que hacen muchos otros.