Conocer la parte de la Historia que abarca desde la Prehistoria hasta la Antigüedad ha sido uno de los grandes retos a los que se han enfrentado los historiadores desde el siglo xix. Desarrollar esta labor ha requerido, y todavía requiere, como demuestran estas páginas, un gran esfuerzo por parte de las diferentes disciplinas históricas, y son muchas las preguntas que aún surgen: ¿Cuándo se comenzó a controlar el fuego? ¿Cómo se elaboraron las pinturas rupestres paleolíticas? ¿Por qué se inició la agricultura y la ganadería en el Neolítico? La arqueología ha ayudado a desenterrar ciudades como Babilonia, palacios como el de Dario I, templos como el de Jerusalén, bibliotecas como la de Asurbanipal o tumbas como las etruscas, e, igualmente, se han tenido que descifrar lenguas y escrituras en desuso como el jeroglífico o interpretar textos antiguos como los de Estrabón.