Durante el viaje escolar a Kyoto, Ichitaka se queda a solas con Iori en un templo.
Cuenta la leyenda que el lugar bendice las parejas que pasan bajo sus arcos, pero deja de lado a aquellas que se paran en el camino. Mientras ellos intentan aprovechar la oportunidad, suena el móvil de Itsuki: ¡Su apartamento está en llamas!