Lía, después de vivir en Tarifa una estrepitosa historia de amor con Hugo, regresa a Barcelona hecha añicos. Su amiga Manu la acoge y le da treinta días para rehacerse. Mientras, Perpetua, la madre de Lía, ajena al drama que vive su hija, continúa enviándole cartas a Tarifa creyendo que sigue allí. La ayuda incondicional de Perpetua y de Manu será crucial para que Lía pueda comenzar una nueva vida, sobre todo cuando María, una antigua amiga con quien compartió años de estudio en una escuela de ballet, aparece y se convierte en el puente para construir un futuro profesional haciendo lo que ama: bailar. Y Marcelo, un guapo jugador de waterpolo, estará dispuesto a acompañarla en esa nueva danza que es su vida.