Ésta es una historia real de agentes secretos donde conviven de un modo sorprendente el glamour y el espionaje, lo público y lo íntimo, París y Berlín. No es, sin embargo, una novela de acción al uso, la historia de una matahari cualquiera, sino el retrato prodigioso de una madre llena de contradicciones: comunista pero adicta a la ropa de alta costura; judía pero antitradicionalista; prosoviética pero admiradora de Inglaterra…
Un texto sutil, una inmersión en la memoria y el pasado que despliega todo su potencial gracias a una protagonista cercana y escurridiza al mismo tiempo. Alice Kohlmann, la madre de la autora, más conocida como Litzy Friedmann, tuvo más personalidades que maridos, que fueron tres (uno de ellos el superespía británico Kim Philby). Fue precisamente este último quien le dio un lugar destacado en la Historia (se le considera «el mayor espía del siglo XX»); pero ella, por sí sola, fue un personaje igualmente fascinante.
Años después de haber muerto su madre, Honigmann abordó el relato de su vida sin más armas que las del recuerdo. Frente al afán inquisitivo de nuestro tiempo, en el que cualquier reportaje nos promete «todas las claves», Un capítulo de mi vida reniega de esa pretensión inverosímil y voraz: en sus silencios está el secreto de su logro, tanto literario como moral.