«Dura era la tierra llamada Apachería, hogar de los indios apaches, donde cada insecto tenía su aguijón, cada arbusto sus espinas y cada serpiente sus colmillos.»
Nacidos y criados como auténticos guerreros, los apaches vivieron como nómadas durante siglos, batallando por su supervivencia en un entorno hostil. Su habilidad para el combate podía erigirlos en jefes de su clan o cubrirlos de desprecio. Vivían divididos en bandas en sus territorios de caza, creían en poderes sobrenaturales contra los enemigos e incluso se decía que sabios como el célebre líder Gerónimo podían percibir qué estaba ocurriendo en lugares lejanos.
Pero si por alguna razón este pueblo ha pasado a la posteridad es por su voluntad férrea de preservar su libertad contra viento y marea. Capaces de combatir hasta la muerte, resistieron los intentos de conquista de españoles y angloamericanos desde principios del siglo xvii hasta finales del xix, cuando fueron aniquilados por el ejército de la Unión. Este libro es la historia de una nación india desaparecida. Un pueblo guerrero que, diezmado y enviado a las reservas, nunca perdió su extraordinaria identidad.