“No cocina, pero tampoco muerde”. Así comienza el anuncio en el que Rose Llewellyn, una viuda de “buenas costumbres y disposición excepcional”, se ofrece en el otoño de 1909 como ama de llaves; la frase capta de inmediato la atención de Oliver Milliron, un viudo con tres hijos y poca maña en las tareas domésticas, que la contrata para poner un poco de orden en su casa de Marias Coulee, Montana.
Y así comienza también la inolvidable temporada que Rose y su hermano Morris, un dandi sabelotodo, pasarán en este pueblo de granjeros. Cuando la maestra local se escapa con un predicador, Morris se verá obligado a aceptar su puesto; sus particulares métodos de enseñanza marcarán para siempre a los jóvenes alumnos de la escuela rural. Ni ellos ni la familia Milliron ni el pueblo de Marias Coulee volverán a ser los mismos tras la llegada de Rose y Morris.
Ivan Doig está considerado como uno de los mejores cronistas contemporáneos del Oeste americano, alumno aventajado de autores como Wallace Stegner o Norman Maclean. Una temporada para silbar es una de sus mejores novelas, fruto de su particular manera de entender la vida y la imponente naturaleza de Montana.
«Yo no había encontrado un personaje de un maestro tan emotivo y tan entrañable desde El club de los poetas muertos. (...) Una bellísima novela.»Marta Rivera de la Cruz, La linterna
«Doig es, en el mejor sentido, un novelista clásico: te sientes como si estuvieras en manos de un experto absoluto del arte de narrar, a la manera de Walter Scott o del primer Dickens. El paisaje y los personajes cobran vida, la prosa es impecable, y como los maestros citados, Doig dota a cada escena y a su historia de una profunda sabiduría emocional.»O, The Ophra Magazine
«Una historia memorable, ambientada a principios de siglo, pero contemporánea en sus temas y universal en su percepción del corazón humano.»The Seattle Times